Existe una correlación entre las características físicas de los grupos humanos, como la reflectancia de la piel, y las variables climáticas como la temperatura, latitud. Observando como son los fenotipos de las poblaciones humanas, ya nos podemos dar cuenta de que existe un proceso adaptativo detrás. El color de la piel es un fenómeno adaptativo a la radiación ultravioleta y es convergente (las poblaciones del sur de Argentina y de África subsahariana comparten un color de piel que es una adaptación a los rayos UV).
Se conocen muchas adaptaciones del genoma humano al estrés por el frío y el calor. Hay muchos genes relacionados con esta adaptación. De todolos maneras las poblaciones humanas no estamos perfectamente adaptadas a cualquier cambio. Ciertas adaptaciones precisan del paso de cientos de generaciones.
El clima obliga al movimiento de las poblaciones. Hay episodios de migraciones de las poblaciones que fueron respuesta a los cambios en el clima y que replantean la variación genética en determinadas regiones del mundo. Existen huellas genéticas que reflejan muy bien estos movimientos. Durante el último máximo glacial (18.000 años atrás) las poblaciones humanas se refugiaron en el norte de Italia, en el refugio Franco-Cántabro, en los Balcanes, zonas de clima más benigno. Estos movimientos humanos y la variación genética que conllevan tienen implicación, por ejemplo, en la predisposición genética a determinadas patologías. Hay muchos linajes que reflejan estos eventos de expansión poblacional a partir de zonas de refugio en Europa, coincidiendo con periodos favorables en el clima. También en el poblamiento del continente americano hay unos 14 o 15.000 años, fue determinante el clima pues todo el continente fue poblado desde el norte atravesando el Estrecho de Bering.
Antonio Salas nos dejó una serie de preguntas para el debate de las que resaltamos la referente a que si el calentamiento global está siendo demasiado acelerado para las posibilidades de adaptación del hombre y otras especies.